jueves, 24 de octubre de 2013

Maestras bibliotecarias jubiladas

Hoy, día de la biblioteca, quería celebrarlo rindiendo homenaje no ya a la propia biblioteca, ni a sus libros, sino a quienes realmente la constituyen ahora más que nunca, que es su bibliotecaria -son mayoría las mujeres- o bibliotecario.
Gracias a las últimas décadas, podemos ya, además, hacerlo a través de muchas bibliotecarias y bibliotecarios escolares jubilados que se han dejado los años entre mesas, libros, actividades y alumnado.

 Julia Aguilar con alumnado y el poeta Antonio Monterroso

No puedo dejar de recordar a Julia Aguilar, que convirtió la biblioteca del IES López Neyra de Córdoba en un verdadero centro de conocimiento, particularmente a partir de exposiciones tan notorias como la de los juguetes en la biblioteca escolar, encuentros con autores, o los magníficos tablones y expositores de una entrada presidida por esquemas del plan de biblioteca con todo lujo de colores y notas.


 Maribel García Cano en la capilla de su Instituto presentado un libro

Igualmente, Maribel García Cano, la anterior directora del IES Luis de Góngora de Córdoba, que antes de hacerse cargo de la dirección renovó la biblioteca física e intelectualmente, con reuniones a lo largo del curso en las que consiguió implicar a la mayoría del claustro, a algunas de las cuales, además pude asistir.


 Montserrat Escorsa, premio Espiral de blog de bibliotecas escolares

Y naturalmente, Montserrat Escorsa, no por estar más lejana en el espacio -el CEIP Sant Jordi de Lleida- menos cercana que las anteriores. No sólo hizo de su biblioteca un verdadero corazón, sino que a partir del blog, vinculó la biblioteca al centro y a las familias y además, tejió ella sola una verdadera red de bibliotecarios y bibliotecarias escolares, que nos asomábamos a los blogs en diferentes puntos de España y que siempre encontramos en ella los más cariñosos comentarios.
¡Cuánto os debemos! Buen motivo para celebrar este día pensar que ya tenemos profesionales en el recuerdo como para decir que aunque quede mucho por hacer, contamos al fin con una historia bibliotecaria escolar impensable hace algunos años. Por supuesto, un recuerdo que además sigue más que vivo, ya que siguen colaborando todavía en esos blogs de la biblioteca escolar, como es el caso de Julia y de Montserrat o en otras actividades y sé que no han dejado en realidad la educación aunque ya no trabajen en la enseñanza.
Me gustaría extender este humilde homenaje a todas las demás bibliotecarias y bibliotecarios que se han jubilado, y cuyos nombres no puedo ahora enumerar con justicia, pero vaya este reconocimiento aunque con algunos nombres, para todos y todas y también para quienes están a punto de jubilarse, como la compañera que en la última reunión de la Red local de bibliotecas escolares de Ciudad Jardín en Córdoba nos decía que no quería jubilarse aunque podía, a pesar de que no sólo era la bibliotecaria escolar, sino la directora y probablemente se ocupaba de otros muchos cargos a los que apenas podríamos denominar. O Ángela Pedraz, bibliotecaria escolar del CEIP Cervantes de Montemayor, de quien he sabido que también está a punto de jubilarse y a quien no podemos sino agradecer y felicitar por todo lo que ha hecho por la biblioteca de su centro y por las demás bibliotecas escolares que siempre han encontrado en su web una fuente de recursos y de vida.
A todas y a todos: felicidades porque este es vuestro día.

jueves, 10 de octubre de 2013

Qué problemas tiene un alumno cuando tiene que hacer un trabajo

En España se suele llamar "trabajo" en el léxico escolar a culminar una tarea encargada por el profesor normalmente en forma de informe escrito más o menos breve, cartel o similar. Aunque el producto de la tarea o el proyecto pueda variar, generalmente se siguen haciendo "trabajos" sea como final fundamental o añadido a los otros productos finales.
Lo cierto es que muchos de los profesores que encargan o han encargado trabajos habrán comprobado lo difícil que resulta en ocasiones conseguir que el alumnado los lleve a término con éxito suficiente.
He hablado en ocasiones de ALFIN y de proyectos y planteado cómo solucionar este problema, pero hoy quiero traer a colación una enumeración sencilla derivada de la investigación PIL (Project in Information Literacy) de Head y Eisenberg, cuya versión española puede leerse aquí.
Aunque el trabajo deriva de una investigación para los Estados Unidos y la enseñanza universitaria, buena parte de sus conclusiones sirven para otras enseñanzas.
Head y Eisenberg concluyen que el mayor problema que tiene el alumnado para realizar un trabajo de investigación (para nosotros sería tal vez excesivo y fuera mejor llamarlo de documentación) es simplemente el contexto. Probablemente la traducción de esta palabra sea más clara para algunos lectores como "marco" o "modelo". Efectivamente, el alumnado encuentra serias dificultades a la hora de realizar tareas de documentación porque tropieza constantemente con problemas para definir el marco de ese trabajo, el modelo de ese trabajo, el contexto de ese trabajo en términos traducidos por Pasadas.
Los autores clasifican los contextos (marcos o modelos) en cuatro tipos:
a) Delimitar el tema (ellos lo llaman panorama general).
b) Terminología del tema (ellos lo llaman contexto de lengua).
c) Modelo de expectativas (ellos lo llaman contexto de situación, es decir, precisar qué quiere exactamente el profesor).
d) Conjunto de recursos (ellos lo llaman contexto de recolección).
La clasificación no es baladí y creo que sirve para sentar algunas de las bases de la alfabetización informacional en la escuela, que ya no es sólo un déficit del alumnado sino también a veces del profesorado que se desespera viendo que pedir un trabajo conduce a resultados frustrantes que es mejor no volver a repetir.
Sin querer decir que estas conclusiones sean las únicas a tener en cuenta -hemos hablado de otras necesidades y también de la importancia de lo que yo llamo el ciclo de la tarea- nos pueden servir para esbozar unos principios que avisen sobre cómo debe plantearse un trabajo de documentación al alumnado:
1º) Delimita bien el tema -a ser posible no los dejes solos escogiendo- y procura avisar de la ansiedad que esta delimitación provoca: encontraremos cosas que luego no nos servirán y cosas que creeremos inservibles que serán útiles. La búsqueda del tema es parte del trabajo pero no debe hacerse excesiva. No permitas generalmente temas generales que se expresen con una sola palabra (la droga) salvo si estás en etapas iniciales o exploratorias, procura precisar el título porque a ellos les ayudará (el uso de las drogas de síntesis en...para...). Una forma de precisar el tema es formularlo como una pregunta.
2º) Procura trabajar en todos los casos un glosario. Puedes dar un glosario previo básico o animar a que ellos lo vayan haciendo. Gradúa las fuentes según la especialización lingüística. El lenguaje es la llave de la documentación (cuando se encuentra, como veremos).
3º) Presenta modelos del trabajo que quieres, para ello es muy recomendable guardar trabajos de alumnado anterior, presentarlo en clase y explicar sus aportaciones y dificultades como ejemplo de ejercicio de la documentación (en ese aspecto siempre he defendido la utilidad de la biblioteca escolar del futuro y del presente como custodia de materiales del alumnado, algo que suele pasarse demasiado a menudo por encima).
4º) Delimita los recursos y explóralos tú mismo antes, porque pudiera ser que no estén disponibles o que simplemente no sean accesibles. Comenzar proporcionando los recursos en las primera etapas siempre digo que es el primer paso para luego provocar la búsqueda cerrada de recursos para pasar a una búsqueda abierta que es el último paso.
Lo que esta investigación demuestra como demuestra la práctica docente es que el "encargar trabajos" o simplemente realizar proyectos de documentación no sólo es una actividad complicada para el alumnado, sino también para el profesorado que no puede limitarse a sencillamente "mandar un trabajo para tal día sobre tal cosa".
No quería pasar por alto que en la investigación de que hablo, se menciona expresamente la importancia del bibliotecario como justamente la persona que puede ayudar a crear estos contextos, marcos o modelos y naturalmente de un profesor equivalente que sepa motivar estos contextos, marcos o modelos.
Pero lógicamente, no es tan fácil para unos ni para otros: dios mío, qué trabajos.

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